La Telemedicina en México: Transformando la Atención Médica a Distancia
La telemedicina en México ha experimentado avances significativos en los últimos años, convirtiéndose en una herramienta esencial para proporcionar atención médica a distancia. Aquí presentamos algunos puntos destacados sobre la telemedicina en el país:
La institucionalización en 2004: La telemedicina en México se institucionalizó en enero de 2004 con la creación del Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud (CENETEC).
Relevancia durante la Pandemia: Durante la pandemia por COVID-19, la telemedicina ha sido fundamental, permitiendo la prestación de servicios de atención médica a distancia en situaciones donde la distancia es un factor crítico.
Variedad de Servicios: A través de la telemedicina, es posible ofrecer una amplia gama de servicios de atención médica a distancia, que incluyen consultas médicas, diagnósticos, seguimiento de pacientes y más.
Implementación en Diversos Estados: La telemedicina se ha implementado en varios estados de México, incluyendo Guerrero, Nuevo León, Oaxaca y otros, superando las barreras geográficas y generando ahorros tanto para el sistema de salud como para las familias.
Requisitos Mínimos: Para ofrecer teleconsulta, se requiere contar con conocimientos básicos en el uso de tecnologías, comprender las limitaciones inherentes a la teleconsulta y saber cuándo es preferible la atención presencial.
Retos en la Normatividad: A pesar de su importancia, México carece de una normatividad específica en materia de telemedicina, lo que puede plantear desafíos en su implementación.
Recursos Humanos y Tecnológicos: Para que la telemedicina sea efectiva en México, es esencial contar con profesionales de la salud capacitados en el uso de la tecnología digital y con la infraestructura tecnológica adecuada.
En resumen, la telemedicina en México ha avanzado de manera significativa y se ha consolidado como una herramienta crucial para ofrecer atención médica a distancia, especialmente en el contexto de la pandemia de COVID-19. A pesar de estos avances, la falta de normativas específicas y la necesidad de recursos humanos y tecnológicos adecuados plantean desafíos que requieren ser abordados para optimizar su funcionamiento.